ARNOULD GALOPIN


A este prolífico autor galo, nacido en Marbeuf (en el departamento normando de Eure) en 1863 y fallecido en Normandía en 1934, se le recuerda hoy, sobre todo, por sus aportaciones a la literatura fantástica y de ciencia ficción realizadas a principios de siglo XX e, inevitablemente, aparece como nota a pie de página en cualquier estudio sobre Harry Dickson (el célebre "Sherlock Holmes americano" popularizado en Francia por Jean Ray desde 1931), pues es el creador de Allan Dickson (el "Sherlock Holmes australiano"), una indudable influencia para el personaje desarrollado por Ray.


Posiblemente, su obra más difundida en castellano (en España es casi un desconocido) sea La vuelta al mundo de dos pilletes (Le Tour du monde de deux gosses, en colaboración con Henry de La Vaulx), que ha tenido numerosas ediciones -las primeras en cuadernillos y las últimas, en versiones condensadas- hasta la década de 1960, e incluso una adaptación al cómic en la célebre colección Joyas Literarias Juveniles. Galopin, que también dedicó buena parte de su producción a la novela histórica (en la línea de Dumas padre y Paul Feval), cuenta en español con La espía del cardenal, que se publicó varias veces en Editorial Sopena.



De sus novelas fantacientíficas, desbordantes del prodigio y el sentido de la maravilla que muchos echamos de menos en obras actuales, la que más resonancia internacional ha tenido es Le Docteur Omega, seriada originalmente en 1906, y publicada en castellano en cuadernillos a principios de 1910 bajo el título de Las aventuras fantásticas de un joven parisién. En este apartado, tenemos que mencionar Le Bacille (El bacilo, seriado en Le Journal en 1927)), novela de ciencia ficción más o menos dura, sobre una venganza en forma de guerra bacteriológica...

Anuncio aparecido en el Diario de Tenerife, 4 de febrero de 1910



Resulta evidente que Galopin fue un incontenible pastichero: además de un discípulo más o menos directo de Sherlock Holmes (Allan Dickson), creó un rival para el Fantômas de Pierre Souvestre y Marcel Allain con Ténébras; así como un gentleman-cambrioleur de la escuela de Raffles y Arséne Lupin, que tuvo por nombre Edgar Pipe. Su Vuelta al mundo de dos pilletes no deja de ser deudora del maestro Jules Verne, y Galopin explotó el concepto en otras novelas para jóvenes como La vuelta al mundo en aeroplano, La vuelta al mundo en submarino o La vuelta al mundo de un Boy Scout.

Pero todo esto es quedarse muy corto. Las bibliografías de la obra de Galopin que se pueden consultar en la Red de Redes son incompletas, y su ingente obra está todavía pendiente de revisión y estudio. En el volumen EL HOMBRE DEL TRAJE GRIS, intentaremos vislumbrar, al menos, la punta del iceberg del trabajo de Arnould Galopin, miembro de la Academia del Humor de Francia, vicepresidente de la Mark Twain Society de Missouri, veterano de guerra, periodista y prohombre, autor al que la prensa de París designaba como "el Conan Doyle francés".
Y hoy, prácticamente un desconocido.






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